Santidad

Sigue la paz con todos los hombres, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor

La santidad es lo contrario del pecado, por lo tanto, ¿cuál es la verdadera definición bíblica del pecado?

El pecado es la transgresión de la ley.

1 Juan 3:4: Todo el que comete pecado, infringe también la ley, pues el pecado es infración de la ley.

Esta ley es la ley de Cristo.

Gálatas 6:2: Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Juan 12:48:El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.

1. El pecado es una  transgresión voluntaria.

Juan 9:41: Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

Santiago 4:17: y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

2. El pecado no es un error y un error  no es pecado.

Mateo 5:28 (Pecado): Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Hechos 23:2-5 (Error en el juicio):
(2) El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca.
(3)Entonces Pablo le dijo: !!Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?
(4) Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?
(5) Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.

Toda la humanidad nacida en este mundo están bajo el poder y el dominio del pecado.

Romanos 3:23: por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Gálatas 3:22: Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

El hombre puede ser salvo del pecado y vivir una vida santa.

Jesucristo vino con el propósito de salvar al hombre del pecado.

Mateo 1:21: Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Cuando el hombre peca él se aparta de la comunión con Cristo.

1 Juan 3:6: Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

Isaías 59:2: pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

Juan 9:31: Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.

Éxodo 32:31-33
(31) Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,
(32) que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
(33) Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.

Cristo enseñó que no necesitamos pecar.

Juan 8:34-36:
(34) Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
( 35) Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
(36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Juan 8:3-11:
(3) Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
(4) le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
(5) Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
(6) Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
(7) Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
(8 )E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
(9) Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
(10) Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
(11) Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Juan 5:14: Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.

Pedro enseñó la libertad del pecado.

Hechos 3:19: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

1 Pedro 2:21-22:
(21) Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
(22) El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca:

Pablo enseñó que un cristiano vive libre de pecado.

I Tesalonicenses 2:10: Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;

Juan fue fuerte en su denuncia del pecado.

1 Juan 3:5-10:
(5) Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
(6) Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
(7) Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
(8) El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
(9 )Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
(10) En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

I Juan 5:18: Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.

Objeciones bíblicas mal interpretadas a una vida sin pecado.

Eclesiastés 7:20:Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

Estas palabras describen verdaderamente la condición de la humanidad en la época en que se registraron estos versículos (unos 1000 años antes de Cristo), ya que, como dice Hebreos 10:4, "porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.".

Romanos 7:18-24 se utiliza para defender la doctrina que "debes de pecar". Un estudio minucioso de todo este capítulo revela la introducción de Pablo al conocimiento de la ley y su experiencia como hombre religioso bajo la ley de Moisés.

Romanos 7:18-24:
(18) Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
(19) Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
(20) Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
(21) Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
(22) Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
(23) pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
(24) !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

La ley mosaica no proporcionó la liberación del pecado. Pero la redención por medio de Cristo sí liberó a Pablo del poder y el dominio del pecado.

Romanos 8:1-4:
(1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
(2) Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
(3 )Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
(4) para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

La primera experiencia es la de Saulo de Tarso, la segunda experiencia  la del apóstol Pablo.

1 Tesalonicenses 2:10 describe la experiencia de salvación en Cristo del apóstol Pablo:

1 Tesalonicenses 2:10: Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;

El mundo y el pecado nos rodean.

Juan 17:14-16:
(14) Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
(15) No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
(16) No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

¿Qué es el mundo? Juan lo define.

1 Juan 2:15-17:
(15) No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
(16) Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
(17) Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

La  palabra lujuria significa un anhelo, un deseo y un afán de disfrutar. Significa deleite, placer o deseo.

Gálatas 6:14: Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

Cualquier placer, deleite, deseo o interés que nos aleja de Dios, o que nos haga olvidar a Dios, o que coloque a Dios en segundo lugar es "Mundanalidad".

Mateo 16:24-26:
(24) Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
(25) Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
(26 )Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Santiago 4:4: !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Como hijos de Dios no deseamos actuar, hablar, parecernos o tener las actitudes del mundo no salvo.

2 Corintios 5:17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Como hijos de Dios que viven en este mundo pecaminoso debemos estar en guardia para que nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestras actitudes no empiecen a conformarse con el mundo.

Romanos 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Una vida santa incluye la práctica de la mayordomía. Un administrador es una persona que ha sido puesta a cargo de la propiedad de otro.

1 Corintios 4:2: Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.

La salvación del hombre fue comprada a un gran precio.

Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

1 Pedro 1:18-19:
(18) sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
(19) sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

Por lo tanto, el hombre ni sus posesiones, en realidad, le pertenecen.

1 Corintios 6:19-20:
( 19) ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
(20) Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Salmos 50:10: Porque mía es toda bestia del bosque,
Y los millares de animales en los collados.

1 Corintios 4:7: Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

Como administradores de Dios debemos dar cuenta de lo que Dios nos ha confiado.

Mateo 25:14-30:
(14 )Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
(15) A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
(16) Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
(17) Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
(18) Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
(19) Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
(20) Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
(21) Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
(22) Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
(23) Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
(24) Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
(25) por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
(26)Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
(27) Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
(28) Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
(29 )Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
(30) Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Todo lo que somos o tenemos pertenece a Dios: nuestro tiempo, talentos, posesiones, dinero. Todos estos deben estar plenamente consagrados a Dios para ser usados ​​como él crea conveniente.

Este es un servicio razonable.

Romanos 12:1: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.