Sanación Divina

Salmos 34:19: Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.

El ministerio de sanación de Jesús está predicho en el Antiguo Testamento.

Isaías 35:4-6:
(4)Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
(5 )Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.
(6)Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

Isaías 53:1-5:
(1 ) ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
( 2) Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
( 3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
(4) Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
(5)Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Malaquías 4:2:  Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

Cristo sufrió y derramó su sangre no sólo para la salvación del alma, sino también para la sanación del cuerpo.

Isaías 53:4-5:
(4) Ciertamente él llevó nuestras penas, y cargó con nuestros dolores; sin embargo, lo tuvimos por azotado, por herido de Dios y por afligido.
(5) Pero él fue herido por nuestras rebeldías, él fue molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos curados.

Salmos 103:2-3:
(2) Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
(3)El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;

Mateo 9:2-6:
(2) Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
( 3)Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
(4) Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
(5)  Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
(6) Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.

La sanación divina es parte del verdadero evangelio de Jesucristo.

Mateo 4:23-24:
(23) Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando el evangelio del reino, y sanación toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(24) Y su fama se extendió por toda Siria; y le llevaban todos los enfermos que padecían diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados y los paralíticos, y él los curaba.

Mateo 8:13-17:
(13) Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
( 14) Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.
(15) Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. 
(16) Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;
(17) para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Cristo dio el poder de sanar a los doce apóstoles.

Mateo 10:1: Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

él dio ese poder a los setenta.

Lucas 10:1, 8-9:
(1)Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
(8)En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; 
(9) y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.

él dio ese poder a Esteban, a Pablo y a otros.

Hechos 6:8: Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. 

Hechos 14:8-10:
(8) Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado.
(9) Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado,
(10)dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.

Hechos 28:8: Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.

Los dones de sanación se dan a algunos en la verdadera iglesia del Nuevo Testamento.

1 Corintios 12:9: A otro la fe por el mismo Espíritu; a otro los dones de sanación por el mismo Espíritu;

¿Qué debemos hacer en caso de enfermedad?

Santiago 5:13-15:
( 13) ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
( 14)  ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
(15) Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

¿Qué pasa si no hay ancianos (ministros) presentes?

Santiago 5:13:  ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

Juan 15:7: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Juan 14:14: Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Condiciones para la divina sanación:

1. La fe.

Mateo 9:28-29:
( 28)Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 
(29)Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.

Mateo 21:21-22:
(21) Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.
(22) Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Marcos 9:23: Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.

2. A veces, importunidad (una demanda insistente o apremiante) o perseverancia.

Mateo 15:22-28:
(22) Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
( 23) Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.
( 24) El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
(25)  Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !!Señor, socórreme!
(26) Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
(27)Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 
(28) Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Marcos 10:46-52:
(46) Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
(47) Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
(48)  Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!
(49)  Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
(50) El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
(51)  Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
(52) Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

Lucas 18:1-8:
(1)También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
(2) diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.
(3)Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
(4) Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
(5) sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
(6) Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
(7)  ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
(8) Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

3. A veces, paciencia.

Hebreos 6:12-15:
(12) a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
( 13) Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
(14) diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
(15) Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.

Salmos 40:1: Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

A veces es necesario confesar y abandonar las faltas o actitudes erróneas entre hermanos para ponerse de acuerdo en la oración.

Santiago 5:16: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

¿Cómo sabemos que Dios nos escuchará y responderá a la oración?

1 Juan 3:21-22:
(21) Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
(22)  y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

1 Juan 5:14-15:
(14)Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
(15) Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

El día de sanación no ha pasado.

Marcos 16:17-18:
(17) Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
(18)tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 

Jesucristo sigue teniendo el poder y la voluntad de sanar a los que piden con fe creyendo.

Hebreos 13:8: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

Su poder y habilidad es el mismo.

Mateo 28:18: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Lucas 5:15-17:
(15) Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
(16)  Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
(17) Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.

Efesios 3:20:Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,

Su voluntad sigue siendo la misma.

Mateo 8:1-7:
(1) uando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
(2)Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
(3) Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
(4) Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
(5) Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
(6)y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
(7)  Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Su compasión por los enfermos y los que sufren sigue siendo la misma.

Mateo 14:14:  Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.

Divina sanación glorifica a Dios.

Mateo 15:30-31:
(30)  Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
(31) de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.